martes, 19 de abril de 2016

Una breve carta de...

Nadie me ha hecho sentir lo que tú me haces sentir, los sentimientos se fugan de unas personas a otras pero contigo es diferente, siento lo mismo cada año que pasa y cada instante que comparto contigo.

Eres especial y preciosa, eres la que me da paz, eres mi confidente... mi amuleto, porque sin ti no sería la misma persona que soy, de eso estoy segura. 

No sé qué te hace tan especial, quizá que ves la vida y el mundo que te rodea con unos ojos distintos a los de los demás, esa mirada que transmite toda la belleza que tienes dentro, eres una pieza singular y tengo el honor de que formes parte de mi colección. 

Cuando nos enfadamos me divierte, al igual que sufro, sufro con la seguridad de que durará pocos minutos, esa seguridad que escasea en un mundo tan frívolo y que tú me das. 

Te admiro, eres un referente para mí... la fortaleza que transmites, la honestidad de tus palabras y el optimismo con el que guías, eres mi heroína.

Por todo, te quiero, te quiero feliz, te quiero libre, te quiero así, como tú eres. 

¿Amor? 












sábado, 21 de noviembre de 2015

La tortuga se pone mística

Qué bonito es plasmar tímidas sonrisas en los rostros... si la edad es madurez que la risa sea la expresión del crecimiento personal, que con los pequeños gestos seamos capaces de mover las comisuras, que en el camino encontremos a los mismos gansos y reventemos un mundo agridulce con carcajadas conjuntas.

Triste mundo, triste era, tristeza compartida... conversaciones marcadas por múltiples realidades vividas; debatir... analizar... contemplar... interpretar... entender, o no... nadie es más que nadie, nadie es menos que nadie, somos alguien, somos crítica, somos consejos, somos nexos, somos un conjunto, sois, al margen de todo, un sueño hecho realidad.








miércoles, 8 de julio de 2015

La tortuga asoma la cabeza y respira

Cuentan los cuentos que una princesa buscaba a su príncipe azul... 

Un día la princesa se dio cuenta de que un ser al otro lado de su cuento la observaba con ojos curiosos. La princesa se asustó y se escondió detrás de unas flores que su príncipe le había regalado. 

Nunca se había fijado antes en ese ser tan grande y extraño que se encontraba al otro lado, pues ella solo tenía ojos para su príncipe. Pero ese día... ese día se sentía extraña y le dio por mirar más allá de su cuento, como buscando algo... 

De repente sitió pavor, un calor abrumaba su pecho y dejó de respirar por unos instantes...

- ¡Tranquila! Solo estoy leyendo tu cuento princesa, no pretendía asustarte, pensé que me conocías pues comparto mis noches contigo antes de empezar a soñar.

Ella temblaba.

- No te asustes, soy una amiga, ¿qué te ocurre?

Respiró.

- ¿Amiga dices? ¡No te creo! ¡Mi único amigo es el príncipe! ¡Y las lechuzas, liebres y pájaros con los que canto cuando hago mis tareas! - escupió entre sollozos la princesa.

- ¿Tu único amigo real es el príncipe?

- ¿Cómo que real? ¿Qué dices? ¡¿Eres la bruja mala que viene a quitarme a mi príncipe?!

- Princesa, tranquila... nunca te haría daño, te admiro, siempre he querido ser como tú, pero últimamente cuando leo tu cuento me cuestiono cosas, creo que me estoy haciendo mayor, me preocupas princesa, los cuentos, cuentos son...

- ¿Qué es cuestionar? No conozco esa palabra... ¿Es una especie de conjuro para quitarme a mi príncipe? ¿Cuentos? Solo hay un único cuento bruja malvada, ¡el mío!

- No querida princesa, no soy la bruja malvada, yo te lo explico: cuestionar es no creer que todo lo que te dicen es la única verdad, es dudar y pensar acerca de tu realidad. Hay muchos cuentos maravillosos que puedes crear para ti. 

- No entiendo de qué me hablas, eso no me lo han enseñado en la escuela de princesas, la única realidad es mi cuento.

- ¡Oh, princesa! ¡Hay muchos cuentos más! Si quieres yo te los puedo enseñar ¿Qué aprendiste en la escuela de princesas?

La princesa se enalteció y dijo con pedantería:

- Pues en la escuela de princesas me enseñaron a amar y hacer feliz a mi príncipe, a hacer las tareas de la casa, a ponerme guapa para mi príncipe, ¡y saqué matrícula de honor!, soy la primera de mi promoción.

- ¡Asombroso princesa! ¿Y qué te gusta hacer a ti?

- ¡Pues lo que te he dicho! ¿No escuchas? ¡Cuidar y mimar a mi príncipe!

- Siempre estoy dispuesta a escucharte princesa, pero mi pregunta es, ¿haces algo más además de cuidar de tu príncipe?

- Eh..., ¿a qué te refieres? 

- ¿Qué sueñas por las noches?

- Pues... sueño mucho con conocer otros reinos, pero mi príncipe trabaja mucho para poder cuidar de mi y nuestra futura familia y dice que algún día lo haremos. 

- Ya me he dado cuenta, pasas mucho tiempo sola pensando en vuestra felicidad, pero haréis cosas juntos cuando llega el príncipe al castillo, ¿verdad? Ese cuento nunca lo he leído.

- Bueno... llega cansado, el rey le tiene trabajando todo el día, haciendo sus cosas de príncipe, es muy responsable y claro... cuando llega a castillo le tengo preparado un buen plato de perdices y después se queda dormido. Yo me quedo admirándole mientras descansa y al día siguiente... bueno... al día siguiente igual... 

- ¿Y tus amigas de la escuela de princesas?


- Pues... no las veo desde la escuela, somos buenas princesas, siempre cuidando de nuestro príncipe - d
ijo la princesa con aire nostálgico y triste.

- ¿Te ocurre algo princesa?


- No sé... cuando te he visto he sentido mucho miedo, como cuando vi al dragón que la bruja malvada conjuró para asustarme, pero ahora siento que el estómago me pesa y que el pecho me oprime, nunca me había pasado, creo que voy a enfermar.


- Creo que sé lo que te ocurre princesa, ¿quieres descansar?


- No, no, me gusta hablar contigo, hacía mucho tiempo... hacía mucho tiempo que nadie me preguntaba cosas sobre mi..., ¿estoy enferma?


- No mi princesa, lo que tienes es un miedo distinto al que has podido sentir hasta ahora, es el principio de la duda, te estás contestando preguntas que nunca te has planteado responder, porque te han enseñado a no hacértelas. 







Ilustración: Rafal Olbinski








lunes, 29 de junio de 2015

La tortuga se acaba de despertar

Todo tiene un sentido y una inspiración, y empiezo a creer que cuando tocamos fondo es cuando esa inspiración se dispara y da la mano a la imaginación, tratando de poner sentido y orden a las emociones y sentimientos que somos capaces de experimentar en nuestras vidas. 

Tocar fondo no es negativo, es un despertar de un estado emocional perverso, es luchar a muerte contra un maligno bufón que se encuentra en nuestra mente y que nos susurra por las noches nuestras peores pesadillas, es poner los pies en la tierra del fondo del mar cuando creemos que nos podemos ahogar y empujar fuerte para volver a salir a respirar. 

Tocar fondo es querer superar los miedos, es abrir la mente a un nuevo principio, es inspirarte del mundo que te rodea, es tomar el control sobre ti mismo, es darte poder.

Si no es así, es que no se ha tocado fondo, se está en unas arenas movedizas, pero todo llega, tiene que llegar, porque las arenas movedizas también tienen fondo.

¿Por qué una tortuga con patines? 

En un proceso de superación te inspiran personas importantes, y una de ellas me preguntó si era mi tótem, nunca me lo había planteado hasta ese momento.

Buscando el simbolismo de la tortuga encontramos que representa "orden, creación, paciencia, fuerza, estabilidad, inocencia, resistencia y protección" muchas de las cosas que perdemos cuando se toca fondo. 

Por ello, le he calzado unos patines, porque sabe que la vida no es justa, pero eso no puede hacer que pierda su simbolismo nunca más. Se caerá mil veces, pero finalmente aprenderá a patinar, y cuando aprenda y aparezca una piedra que no ha visto se hará daño, sin embargo, su esencia permanecerá intacta.




Imagen: tatuarte.org